Hacía frío en Ouro Preto. La fecha habitual del CineOP garantiza las festividades y desfiles de junio, pero exige cierta resistencia del público en la cima de la ciudad, frente a la enorme pantalla instalada en la Plaza Tiradentes. Sin embargo, la noche del 27 de junio, un viento barroco trajo calor y brujería. La santa patrona de la desobediencia conjuró su pequeño milagro: con su cabello de fuego, prendió fuego a la ciudad.